Estos conceptos parten de aceptar la posibilidad de que existen mejores formas de hacer las cosas y de que algo requiere de un cambio. Las personas creativas están pensando todo el tiempo en cómo mejorar lo que se encuentra a su alrededor. Lo mismo con los innovadores, buscan crear lo que no existe.
La creatividad es la capacidad de generar soluciones de productos, servicios y conceptos de una manera original. Muchas veces puede tratarse simplemente de aplicar una solución de un problema previo a otro nuevo. “Conectar los puntos” decía Steve Jobs. Las características de los creativos son:
⁃ Curiosos.
⁃ Motivados.
⁃ Mente abierta.
⁃ Flexibles.
⁃ Iniciativa.
⁃ Buen humor.
⁃ Sarcásticos.
La innovación, en cambio, es la capacidad de transformar ideas en algo concreto; un concepto puesto en práctica en productos o servicios. Los tipos de innovación pueden ser los siguientes:
⁃ Radical: consiste en cambiar drásticamente la forma en la que una organización hace las cosas. Este cambio puede ser en un producto, servicio o en procesos.
⁃ Incremental: se refiere a pequeñas mejoras en la organización. Es un sistema de mejora continua y perfeccionamiento de sus productos, servicios o procesos.
⁃ Disruptivo: Es cuando la solución rompe un molde y el esquema que prevalece en el mercado.
Cuando la creatividad e innovación se juntan se desarrollan soluciones extraordinarias. Es muy importante armar un equipo de personas interdisciplinarias. Unas creativas, otras innovadoras, unas ejecutivas, las de control; y, la importancia de un líder que sepa juntar las piezas, a las personas más idóneas para cada cargo.
Ya no se trata de ser grande, experimentado, respetado o sentir que lo merecemos. Las empresas deben satisfacer las necesidades de sus clientes y entender hacia dónde va el mercado, las necesidades de la gente. Tenemos que agregar valor, brindar soluciones, desarrollar productos originales, novedosos; dar un servicio diferenciado que nos destaque de la competencia. Seamos creativos. Seamos innovadores.
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