Las personas somos seres que se van formando a lo largo de su vida. La motivación y disciplina son fundamentales para crecer personal y profesionalmente. Los hábitos son las prácticas que repetimos recurrentemente y que nos van moldeando.
Si procuramos crear hábitos enfocados a mejorar, lograremos resultados increíbles en el mediano y largo plazo. “La excelencia no es un efecto, si no un hábito” dijo Aristóteles.
A continuación te recomiendo 8 hábitos en los que puedes trabajar para mejorar tu vida y relaciones en general:
1. Metas:
Crea hábitos enfocados en alcanzar tus objetivos. Partes de un sueño, una idea, una estrategia, un plan, y pequeñas metas que te permita alcanzarlas progresivamente en donde vas incrementando tu rendimiento en lo que sea que te propongas.
2. Salud:
Esto parte desde la alimentación, el ejercicio, el aprendizaje y cuidar la mente. Bajo esta premisa, es importante comer sano y equilibrado, nuestro cuerpo recibe los nutrientes que alimentan nuestros órganos y su bienestar depende de lo que ingerimos; eso incluye el alcohol. Todo lo que se ingiera en exceso nos ocasiona problemas de salud. El ejercicio es fundamental para mantenerse en forma y ágil. La lectura, podcasts, vídeos, que nos enseñen algo nuevo siempre son recomendables para cultivar el cerebro. La meditación y el
Mindfullness para calmar nuestros pensamientos, ansiedad, estrés y depresión es un buen hábito que debemos cultivar.
3. Rodearse de personas con valores:
Aunque esto no suene a un hábito, debemos procurar seleccionar a la gente con la que nos relacionamos. Nuestros amigos, parejas, colegas, compañeros, empleados, jefes, socios tienen que tener valores morales y códigos de ética elevados en donde la honradez, esfuerzo, trabajo, empatía, ambición sana, competitividad, sean parte de sus personalidades que nos aporten y nos ayuden a mejorar. Cultivar esas relaciones requiere de hábitos para mantenerse en contacto y sintonizado.
4. Desarrollar nuevas habilidades:
Todos los días debemos buscar aprender de nuevos temas. Ya lo he mencionado antes, en algún momento se conecta todo y nunca sabemos cómo podemos asociar una solución a algún problema. Una idea aplicada a un nuevo proyecto. Una experiencia implementada en alguna nueva actividad. Mientras más habilidades desarrollemos, más competencias tendremos que nos permita aportar y contribuir.
5. Superar la ansiedad social:
Conocemos personas tímidas o extrovertidas. Para relacionarse con gente no tienes que estar, necesariamente, definido por alguna de estas cualidades. La ansiedad social la podemos tener todos pero es algo en lo que se trabaja. Hablar en público, exponer ideas, aceptar que nos podemos equivocar, preguntar cuando no sabemos y sin temor a ser juzgados, es parte de lo que se puede aprender. Podemos comenzar con las personas en la que más confiemos: nuestros padres, pareja, amigos íntimos, nuestro pequeño equipo de trabajo, para ir escalando el número de personas ante los cuales nos presentamos y aportamos con lo que podemos ofrecer.
6. Ser autosuficientes:
Debemos tener la capacidad de poder resolver todas nuestras necesidades por nosotros mismos. Comencemos por lo básico, por las pequeñas cosas que pensamos que no podemos hacer. Ten por seguro que si otra persona puede, nosotros también podemos. Es cuestión de práctica y perder el miedo. Si lo entiendes lo resuelves. Acuérdate siempre de esa frase. Una vez que aprendamos de algo, seremos autosuficientes en esa actividad. Luego podemos enseñar para delegar, lo cual es otra cosa. Pero siempre saber y que el resto sepa que lo podemos hacer nosotros mismos. Eso te dará libertad de escoger con quien te rodeas.
7. Autenticidad y no buscar validación:
Las personas debemos ser auténticas. Pensar y actuar por nosotros mismos con nuestras ideas y principios. Si bien es importante de rodearse de personas con altos estándares en sus vidas, debemos procurar tener nuestras propias creencias y valores. Nunca aceptar que nadie te imponga las suyas sin sentirlas como propias. Sobretodo hoy en día que las redes sociales enseñan a niños y jóvenes de moda, estilos, falsedades que proyectan a través de una pantalla o aplicación, mantenerse auténtico es fundamental para que aportemos a la sociedad.
8. Humildes y sencillos:
Por mucho o poco que hayamos logrado en nuestras vidas, ya sea en lo personal, profesional o deportivo, algún mérito de cualquier tipo, debemos entender que si tenemos alguna cualidad que nos diferencia del resto, tenemos la obligación de contribuir y aportar. No se trata de creerse superior. Todo lo contrario. Por alguna razón hemos nacido con estas virtudes y no podemos desperdiciarlas. La sencillez nos hace mejores personas. La humildad nos hace accesibles. Y eso nos da la oportunidad de aportar.
Todos estos factores se pueden cultivar con hábitos que nos pueden mejorar cada día más. Te invito a comenzar. No importa la edad que tengas, tu procedencia, cultura o pasado. Siempre tienes un lienzo en blanco para comenzar a reescribir tu historia. Mientras todavía tengamos vida, tenemos la oportunidad de ser mejores seres humanos.
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