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Foto del escritorGuillermo Jouvin

Mujeres en el trabajo, un buen negocio

Mucho se viene hablando sobre la importancia de las mujeres en el mundo laboral y la paridad de género. Más aún en este mes de marzo y el día de la mujer. Pero el tema no pasa únicamente por decirlo y quedarse en el romanticismo del tema. Sino que resulta ser un buen negocio, tanto para las empresas, sus accionistas y la sociedad en su conjunto. Hay algo que cambió. Y ahora te lo explico.


Hace tan solo 100 años las mujeres no tenían el protagonismo que hoy en día vemos. Nuestras sociedades eran machistas y eso también tiene una explicación. Dos décadas atrás la sociedad todavía era dominada por la generación de los Baby Boomers. Este grupo de personas son los hijos de otra generación que venía atravesando guerras y esto significa que las culturas tenían un orden militarizado. Es decir, las estructuras familiares y empresariales eran jerárquicas con mando y sumisión.


Pero los hijos de esa generación son la X. Estas personas ya vienen educados por hombres y mujeres que comienzan a tener igualdad de derechos para votar, trabajar y educarse en colegios y universidades. La mujer tiene un rol más protagónico. Y es aquí donde todo cambia como cultura. A pesar que les ha costado ganarse un lugar en la sociedad productiva y profesional, cada vez fueron siendo más importantes en sus roles.


La generación de Millenials y Z ya tienen otra estructura mental completamente diferente. No solo que ahora es aceptada la mujer en este mundo laboral, sino que comienzan a tener roles de liderazgo. Y no es coincidencia que el mundo comienza a transformarse. Y esta situación tiene una base científica.


La mente humana está dividida en 4 sistemas: el hipotálamo, el sistema límbico, el hemisferio izquierdo y el hemisferio derecho. El primero es el ID animal, reptileano. Es el sentido más literal. Ese que es básico y reactivo que tiene mecanismos de defensa que nos permite sobrevivir. Es el responsable del estrés y nos mantiene en estado de alerta. El segundo, es el que modula el estrés, nos da acceso a sentir placer, satisfacciones y afecto. Nos hace ser más intuitivos y pensar no tan literalmente las cosas: “Think outside the box” digo yo siempre. Esa parte la tenemos en ese lado del cerebro. Luego tenemos el hemisferio izquierdo que es el que nos permite ser objetivos, resolver cosas, buscar razones a todo, descripciones de cada detalle que experimentamos o vemos, nos crea jerarquías y egos. Pero nos limita a lo que conocemos y sabemos. Y finalmente el último sistema, el hemisferio derecho, es aquel que es el más espiritual, que maneja las relaciones, crea vínculos, pone contexto a las situaciones, comprende a las personas y sus emociones. Siente las experiencias sin juzgarlas y crea cercanía con lo humano y sentimental. Todos estos sistemas son y deben ser complementarios.


La relación que tiene esto con el cambio cultural es que los hombres genética y culturalmente tienen más desarrollados el sistema del hipotálamo y hemisferio izquierdo; mientras que las mujeres el sistema límbico y el hemisferio derecho. Al comenzar a haber más protagonismo femenino en nuestra sociedad, el mundo comienza a tener preocupaciones por las personas, el medioambiente, cuidado animal y esto influye en los cambios de consciencia general.


Hoy en día, en USA, de las 500 empresas corporativas más grandes de ese país, tan solo el 3.6% de los CEOs son mujeres. Pero el 70% de las nuevas empresas, las Startups, son lideradas por mujeres. Ahora ellas aportan no solo con ser buenas trabajadoras, sino que son las nuevas emprendedoras de nuestra sociedad. Hace tan solo un siglo, las universidades americanas tenían solo el 20% de estudiantes mujeres. Hoy en día superan el 60%. Algo cambió. Algo va a cambiar. Los hábitos de consumo comienzan a ser diferentes. Las necesidades son otras, las tendencias de mercado a evolucionar. Y las personas detrás de la creación de mercados, hombres o mujeres, debemos estar conscientes de este nuevo escenario. De este nuevo orden mundial. Un nuevo orden cultural.


Las empresas comienzan a tener diferentes estructuras organizacionales. La jerarquía es cambiada por líderes de equipos. Personas que inspiran más y ordenan menos. Las empresas pasan de tener objetivos estrictamente financieros a propósitos transcendentales. Las estrategias son más holísticas. Ahora incluyen a todos los actores de la cadena productiva y social, preocupados por el medioambiente y mundo animal como parte de nuestros códigos morales. Las empresas deben de comenzar a ser parte de la sociedad y aportar en todo sentido. Agregar valor. Mejorar la Calidad de Vida de las personas y de todos los agentes involucrados en este proceso.


Y todo esto lo debemos a las mujeres. Gracias a ellas tenemos un mundo mejor. Más evolucionado. Más empático. Más equilibrado. Más humano. Así que me alegro que se celebre su día y mes como algo especial. Pero el tema va mucho más allá. Esto pasa por ser inteligentes y aprovechar lo que está sucediendo en nuestra sociedad y saber tomar decisiones.


En Etinar siempre he dicho que no me importa si eres hombre o mujer. Me importa el que más aporta. Pero dentro del personal técnico y administrativo, somos 50% hombres y 50% mujeres. En cargos de jefaturas administrativas el 72% son mujeres. En jefaturas técnicas tan solo el 7%. Curiosamente, jefaturas en general están divididas en un 50% por cada género. Me es irrelevante el sexo de la persona, pero sin duda alguna que este equilibrio me ha contribuido al desarrollo de la empresa y permitido cumplir mis objetivos empresariales y sociales. Me ha ayudado a cumplir mi propósito de Mejorar la Calidad de Vida de las personas.


Creo que tener mujeres en el trabajo pasa por ser un buen negocio.






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