Este concepto es uno de los que más me gustan cuando de negocios se trata. Tomo decisiones basado en que mis colaboradores, proveedores, clientes y yo, haremos lo correcto si queremos perdurar las relaciones en el largo plazo. Si uno comete un error por satisfacer una necesidad particular en detrimento de las otras partes, simplemente ese “jugador” sale del juego. Se buscarían otros aliados con quien continuar esa relación comercial. A este principio lo llamo aplicar la Teoría de Nash. O, como comúnmente se lo llama: “La palabra”. Soy una persona con principios a la antigua pero con conceptos modernos.
La teoría de Nash, también conocida como la teoría de juegos no cooperativos, es una rama de las matemáticas y la economía que estudia la toma de decisiones estratégicas en situaciones en las que el resultado de una acción depende de las acciones tomadas por otros individuos.
Esta teoría es una herramienta útil para entender la toma de decisiones estratégicas en un mundo empresarial cada vez más complejo en donde quizás se van perdiendo ciertos principios básicos, pero que el sentido común debe prevalecer en las decisiones. La teoría de ganar-ganar lo resume todo.
Las empresas no son otra cosa que la suma de personas que toman decisiones y acciones en función de cumplir un objetivo. Normalmente es ganar plata, además de crear y aportar un producto o servicio. Pero debemos hacerlo bien, honestamente y con justicia; de tal manera que nadie en la cadena de valor se sienta afectado. Todos deben sentir que su aporte es valorado y el resultado final debe cumplir las expectativas de todos las partes involucradas. Al aplicar la teoría de Nash, las partes pueden buscar un equilibrio en el que todas obtengan ganancias óptimas. Este equilibrio se logra cuando todas las partes toman decisiones que maximizan sus propias ganancias dadas las decisiones tomadas por la otra parte.
Lo mismo ocurre a la interna de nuestras empresas al diseñar y ejecutar un producto o servicio. La teoría de Nash nos puede ayudar a encontrar un equilibrio entre eficiencia y calidad. Al aplicar estos criterios, la empresa puede buscar un equilibrio en el que todas las variables sean maximizadas, en lugar de enfocarse en la maximización de una sola variable a expensas de la otra. Esto resultará en lograr la satisfacción del cliente al costo y márgenes propuestos para lograr la rentabilidad deseada.
Les recomiendo estudiar un poco más profundamente esta teoría y aplicarla en sus vidas personales y empresariales. Descubrirán que las relaciones pueden extenderse en el largo plazo, se sacrifica algo siempre, pero se gana todo el tiempo. Y mejor aún, todos quedamos conformes y con ganas de continuar juntos. De esto se trata mejorar la calidad de vida de las personas.
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