Economía es la ciencia social que estudia cómo las personas, familias, empresas y gobiernos organizan los recursos productivos para satisfacer las necesidades y generar bienestar.
Los recursos son escasos y finitos, por lo tanto, las empresas buscan administrar su uso para lograr las mayores eficiencias posibles con los mejores resultados. Lo mismo sucede con las personas y familias en sus economías particulares que siguen el mismo principio: producir lo máximo que se pueda, gastar lo indispensable, ahorrar lo suficiente para épocas difíciles, invertir lo que alcancen; y, por supuesto, planificar para sus "lujitos" o gustos deseados.
Pero los gobiernos se manejan bajo otra modalidad. Su propósito es crear bienestar social y empleo pleno a la comunidad. Y a lo largo de los años se han desarrollado diversas teorías que responden a varias escuelas económicas, dentro de las cuales destaco las siguientes:
Teoría Keynesiana: Creada por John Maynard Keynes que con los tuvo su mejor efecto recuperación de la depresión de los años USA. Básicamente se en la gran 30 en busca incentivar la economía por medio del gasto público en infraestructura y servicios, inyectando dinero a la masa monetaria y manejo inflacionario para incrementar la productividad de la nación y creación de empleo. El problema es que esta medida debe ser utilizada con precaución y únicamente como emergencia para reactivar la economía luego de una crisis o recesión. El abuso de esta política deriva en populismo, hiperinflación y empobrecimiento de la sociedad.
Teoría Monetarista: Nace de Milton Friedman y la Escuela de Chicago como respuesta al desenfrenado gasto público de las teorías Keynesianas que devaluaban la moneda, perdiendo el poder adquisitivo de la sociedad. Lo que se busca es regular la tasa de inflación por medio del control del dinero circulante en la economía. Se controla la tasa de interés con un Banco Central que maneje la economía independiente al manejo político del país. El problema es que se otorga poder absoluto a los gobernantes que deciden, en base a sus criterios, los destinos de la economía de toda la sociedad.
Escuela Austriaca: Esta teoría nace de Carl Menger que establece que el valor de las cosas es subjetivo basado en la utilidad marginal de los bienes y servicios. El estado es un simple regulador para evitar abusos y control de mercado. Las cosas se valoran por la percepción del público más que por el costo de producirlas. Esta teoría incentiva la libre competencia y apunta al ahorro e inversión de la ciudadanía.
Para aplicar estas teorías se debe tener en cuenta una serie de factores coyunturales y cíclicos. Pero sobretodo, responsabilidad social, moral y ética de los gobernantes, empresarios y ciudadanos en general. Las necesidades básicas deben ser cubiertas, como su principal objetivo. Pero el éxito a largo plazo de una sociedad estará definido por la preferencia de tiempo. Es decir, en la capacidad de posponer la gratificación inmediata a cambio de un futuro próspero basado en la renta preservando el capital. Un país debe tener cultura de ahorro y de inversión. Mientras menor sea la preferencia de tiempo de la persona, familias, empresa y sociedad, mayor será su calidad de vida en el largo plazo. “Enseñar a pescar en lugar de dar un pescado”.
Los gobiernos populistas extienden las teorías recesivas como un estilo de vida instaurado en los países, lo cual termina empobreciendo a la sociedad, endeudando el país y miseria para la gente. Engañan a las personas como si no existieran otras posibilidades más que las dádivas que ofrecen como “salvadores”. Los gobiernos responsables, en cambio, administran adecuadamente los destinos de los pueblos aplicando conceptos acordes a la situación económica de cada ciclo.
En Ecuador, por ejemplo, debemos reducir el déficit fiscal. El estado debe limitarse a gastar en seguridad y salud pública; parcialmente en obras de infraestructura, pero delegar al sector privado la mayor parte de estas inversiones. Debemos lograr consensos entre los prestamistas y depositantes sobre la tasa activa y pasiva, con su debido margen bancario por administrar los recursos financieros. Debemos incentivar exoneraciones tributarias a los centros de producción (atracción de capital) que no solo generan empleo durante la fase de construcción, sino que se convierten en los generadores perpetuos de plazas de trabajo. Incentivar la innovación y formalidad de la economía. Es decir, buscar un esquema híbrido entre todas estas escuelas económicas para que sean aplicadas con responsabilidad y consciencia social y ambiental.
Pero nada de esto funcionará mientras exista corrupción e impunidad en el país. Las vacunas que cobran los delincuentes al sector productivo nos están liquidando. Y no me refiero únicamente a las vacunas de la delincuencia común y crimen organizado. También me refiero a los delincuentes de cuello blanco que están enquistados en los cargos públicos que chantajean y exigen coimas a los empresarios que tratamos de salir adelante.
Mientras la corrupción se mantenga, ninguna teoría de ninguna escuela económica será posible aplicar en el Ecuador.
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